El 9 de abril (14 de Nisán según el calendario sagrado) al caer la noche, en todas las Iglesias de Dios del mundo entero, se celebró la gran asamblea de la pascua, la fiesta de la vida eterna. Los santos que se esforzaban por cumplir la misión de atalayas de la pascua, para compartir la bendición de la vida eterna dada por Dios con todas las personas del mundo, participaron en la promesa de la salvación con alegría y gratitud.

La pascua es el día conmemorativo en el que, los israelitas que vivían como esclavos de Egipto durante 430 años, fueron librados después de escapar de las plagas a través de la sangre del cordero. Y es la fiesta que Dios mandó que guardáramos por nuestras generaciones por estatuto perpetuo (Éx. 12:1-4). En este día, Jesucristo permitió comer el pan y beber el vino de la pascua, que representan su carne y su sangre, y libró a la humanidad que servía a la muerte y al pecado, estableciendo el nuevo pacto que contiene la promesa de la vida eterna (Jn. 6:53-54, Mt. 26:17-28, Lc. 22:7-20).

ⓒ 2009 WATV

Antes de la santa comunión de la pascua, se celebra el culto de la ceremonia del lavado de pies. El Primer Pastor Joo Cheol Kim dijo: “La ceremonia del lavado de pies consiste en seguir el ejemplo de Cristo, quien lavó los pies de sus discípulos antes de la santa comunión de la pascua. Y esta ceremonia tiene un importante significado que hace que tengamos relación con Dios”. Luego, explicó la historia de que los sacerdotes del Antiguo Testamento se lavaran las manos y los pies al entrar en el santuario, para no morir, lo cual es una sombra (Jn. 13:4-10, Éx. 30:17-20). Los santos se lavaron los pies unos a otros conforme a la enseñanza de Cristo, que dijo: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis (Jn. 13:15)”.

Luego, se realizó la santa comunión de la pascua. La Madre oró dando gracias al Padre celestial, quien vino a esta tierra siendo Dios mismo, para perdonar los negros y rojos pecados de sus hijos, sacrificándose en la cruz, y para destruir a la muerte. Y rogó con ansiedad que sus hijos renacieran con fe al participar en el pan y el vino de la pascua, comprendiendo el verdadero amor de Dios. Y pidió que todos sus hijos reciban la bendición del reino celestial guiando muchas almas del mundo a la vida.

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El Primer Pastor Joo Cheol Kim explicó el poder de la pascua: escapar de las plagas, ser hijos de Dios y recibir la promesa de la vida eterna. Y rogó que todos los santos de Sion reciban la bendición preparada por Dios después de guardar la pascua con la fe firme. Luego dijo con fuerza: “La pascua del nuevo pacto establecida por el sacrificio y el amor de Jesús para rescatarnos de la pena de muerte, es la realidad del árbol de la vida del huerto del Edén, y el núcleo de la Biblia”. Agregó: “Guiemos rápidamente al camino de la vida eterna a toda la humanidad que está temerosa por las plagas derramadas en la tierra, sin conocer esta preciosa bendición” (Gn. 3:22, Jn. 6:53, Lc. 22:7-20, 1 Co. 11:23-27).

Todos los santos que comieron el pan y bebieron el vino de la pascua, dieron gracias a Dios Elohim por permitirles la gracia de la salvación sin precio ni obras. Y decidieron vivir dando alegría a Dios predicando diligentemente el evangelio del nuevo pacto y siguiendo la voluntad de Dios, quien espera el arrepentimiento de toda la humanidad y su salvación.